Como fotógrafos de boda en Alicante, cada día es más habitual que parejas de novios como la que hoy os traemos, nos contacten para realizar su boda en el lugar que siempre han soñado y no limitarse a su ciudad o región, como se suele decir… el límite está en tu imaginación. Estas bodas se suelen llamar “destination weddings” o bodas de destino, y cada día son más habituales entre nuestras parejas de novios.
Alicante, y más concretamente, la Costa Blanca es uno de los más bonitos y deseados destinos turísticos para realizar estas llamadas bodas de destino en España. Parejas de diferentes nacionalidades, como holandesas, alemanas, inglesas, belgas y un largo etcétera eligen nuestro bonito Alicante para darse el “Sí quiero”.
Y este es el caso de estos maravillosos novios que aquí en nuestro post os queremos presentar. Ellos son Pierre Louis & Diane, una pareja francesa residente en París que decidió dar el paso y organizar su boda en Alicante, y más concretamente en La Cala Granadella de Jávea.
Pierre ya conocía las bondades y belleza de nuestras playas y de nuestro clima desde pequeño ya que solía veranear aquí con sus padres, y cuando conoció a Diane, una encantadora chica de origen hindú, sabía que si algún día se casaba iba a ser en la bonita tierra que tan buenos recuerdos le había dado en su infancia.
Y así es como la historia de Pierre Louis & Diane les trae hasta Alicante. Desde el primer momento que contactaron con nosotros nos dijeron que contaban con nosotros como sus fotógrafos de boda en Alicante por nuestra experiencia en estos eventos y por nuestra visión diferente de las bodas. Querían una boda para disfrutar al cien por cien y sabían que con nosotros eso era posible y que además con nosotros el recuerdo iba a ser inolvidable.
Se hospedaron junto a sus amigos y familia en una Villa de Lujo con unas preciosas vistas al mar sobre La Cala Granadella, donde disfrutaron del sol, de la piscina, de la barbacoa y de la buena compañía en todo momento.
El día comenzó como acabó el anterior, piscina, diversión, risas, bromas… Los minutos iban pasando y llegó el momento de comenzar con los preparativos. Todo se iba transformando poco a poco en un ir y venir de amigos preparándose para la boda mientras Diane se tomaba un relajante baño con esas maravillosas vistas hacia el mar Mediterráneo.
Tras unos momentos de alboroto, se hizo de nuevo la paz y el sosiego, llegó el momento de ponerse el traje de novios. Tanto Pierre como Diane contaron con la ayuda de su familia y amigos para ponerse los trajes. Son unos instantes mágicos, todo encaja a la perfección, es la primera vez que pudimos contemplar a Pierre y Diane vestidos para la boda.
Nos dirigimos a la preciosa finca donde se iban a casar. La pareja había puesto especial atención en la decoración, en todos los detalles para que a nadie le faltara de nada y así los invitados ya desde el principio pudieron saborear un pre cóctel con refrescos, limonada y naranjada naturales con ingredientes propios de la zona ideales para disfrutar del buen clima mediterráneo. ¡Ah!, y por supuesto no se podían olvidar del fantástico champagne francés.
Pierre entraba muy feliz y sonriente a la ceremonia de la mano de su madre, e instantes después entraba la guapa Diane también de mano de su madre siguiendo el camino del novio hasta encontrarse con él y dedicarse mutuamente una cómplice mirada de amor. Fue una ceremonia muy amena y divertida, con bonitos e íntimos discursos de los amigos de la pareja en primer lugar para luego dejar paso a una ceremonia religiosa y después a la ceremonia de rito Hindú haciendo honores a las raíces de Diane y su familia.
Uno de los momentos más bonitos y emotivos de la ceremonia fue cuando Pierre & Diane recibieron la bendición de sus respectivas madres para poder darse el “sí quiero”. Y como no… una salida espectacular, llena de mariposas blancas de papel, pero más espectacular era ver la nube de felicidad absoluta que transportaba a esta bonita pareja de novios.
Aprovechamos los minutos siguientes a la ceremonia para realizar unas bonitas fotografías de pareja disfrutando del entorno, tenemos que confesar que como fotógrafos de boda nos encanta sentir el amor de la pareja en esos instantes. Realmente es la primera vez que los novios pueden estar solos y tranquilos después de tantas y tantas emociones. Os podemos decir que son momentos que se viven intensamente.
Posteriormente nos dirigimos al cocktail, donde Diane lanzó su ramo de novia a las amigas para después probar todas las delicias culinarias posibles, algo a lo que la pareja también prestó especial atención.
Más discursos en la comida, muchos brindis y canciones por los novios dieron paso a una frenética y alocada fiesta en la barra libre que se alargó hasta bien entrada la madrugada.
Y con todas estas fotos que os traemos hemos querido que todos vosotros disfrutarais también de los momentos que tenemos el gusto de vivir, y es que nunca me cansaré de decir que somos unos afortunados, tenemos un trabajo, como es el de fotógrafos de boda que nos encanta y además compartimos los momentos más especiales de muchísimas parejas. Se dice pronto, pero ya son cientos de parejas que ya se han casado con nosotros desde nuestros inicios hace más de 10 años.